Cannabis

Composición

En el cannabis se encuentran presentes centenares de compuestos químicos, muchos de los cuales tienen efecto sobre el sistema nervioso. De todos los componentes de la planta del cannabis, los más importantes desde el punto de vista psicoactivo son el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). 

El THC se piensa que es el responsable de los efectos psicoactivos (del colocón) del cannabis. El cannabidiol (CBD) modula los efectos psicoactivos del THC, en especial atenúa algunos efectos secundarios y presenta diversos efectos farmacológicos, sobre todo, como relajante y en la disminución del dolor y la inflamación.

En general, la potencia psicoactiva de una marihuana es debida a la cantidad de THC que presenta. 

En función de la parte consumida y su forma de elaboración, podemos clasificar los derivados del cannabis en tres grupos que son:

  • Marihuana: preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (actualmente en ocasiones puede superar este porcentaje).
  • Hachís: preparado de resina segregada por la planta de cannabis o hirviendo esta planta. Contiene entre un 15 y un 30% de THC, dependiendo de la variedad.
  • Aceite de hachís: preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos. Dependiendo de la técnica y de los aparatos empleados en la destilación puede llegar a alcanzar un 65% de contenido de THC.

Propiedades

El cannabis se consume habitualmente fumado en cigarrillos (porros, canutos, etc.), con frecuencia mezclado con tabaco, por lo que sus efectos se experimentan rápidamente.

También se puede consumir por vía oral mediante comestibles como galletas, bizcochos, aceites, mantequillas, etc. Cuando se come, los efectos tardan en aparecer (como muy pronto a la media hora y teniendo el estómago vacío antes de ingerirlo) son más intensos y pueden prolongarse durante muchas horas. Tanto la persona que prepara la comida con marihuana como la que se la come deben tomar precauciones y ser conscientes en todo momento de la cantidad ingerida, con independencia de que no note aún ningún efecto.

En el ámbito del uso medicinal, también se utilizan cremas y aceites para aplicar de manera tópica. Sin embargo, no existen pruebas de que los cannabinoides se absorban a través de la piel.

Entre sus efectos principales destacan sentimientos de relajación, placidez y bienestar, risa incontrolable, aumento de la apreciación de la música y de los sentidos, reducción de las náuseas y del dolor, disminución de la percepción de fatiga muscular y aumento de la creatividad.

También aparece aumento del apetito, enlentecimiento general, ojos rojos, sequedad de boca y dificultades para pensar claramente y para seguir conversaciones.

Presentación

El cannabis suele presentarse, habitualmente, de dos maneras:

  • Como hachís. Preparado con la resina de la planta.
  • Como marihuana. Cogollos o floraciones de la planta.

Se recomienda que los productos consumidos (marihuana, hachís, extracciones, etc.) contengan también cannabidiol (CBD) que modula los efectos del THC y reduce algunos de sus efectos negativos.

A menudo aparecen en el cannabis otras sustancias de forma involuntaria (contaminaciones). Las más frecuentes son las debidas a hongos, pesticidas y metales pesados. En el caso del cannabis no es habitual detectar adulteraciones, entendidas éstas como la adición de otros productos con el objetivo de aumentar el volumen o enmascarar la falta de la sustancia de interés. En el caso del hachís hay más posibilidades de añadir otros productos con aspecto de resina con el fin de aumentar el volumen y obtener más ganancia.

Posología

Cuando se consume por primera vez, se recomienda consumir poco (2-3 caladas poco intensas) y decidir sobre el efecto producido. Fumar demasiado podría provocarte ansiedad, pánico o un ‘amarillo’ (bajada brusca de tensión).

El humo de los porros los daña. Si lo fumas, usa un filtro adecuado o un vaporizador. No retengas el humo en los pulmones, esto no hace que el efecto sea mayor.

La dosis depende de varios factores:

  • De cada persona
  • Del nivel de tolerancia que haya desarrollado a la sustancia (esto es, lo que uno se haya “acostumbrado” al cannabis).
  • De su estado físico.
  • De la propia sustancia.

Contraindicaciones

En algunos casos, el consumo de cannabis debe evitarse:

  • Si se ha de conducir y/o manejar maquinaria peligrosa. El cannabis reduce nuestra habilidad para conducir y, mucho más, si se mezcla con alcohol.
  • En niños, mujeres embarazadas y mujeres en periodo de lactancia.
  • Si se padecen enfermedades del corazón y/o pulmonares, diabetes, asma, hipertensión (tensión arterial alta) o epilepsia.
  • Si se padece algún tipo de trastorno psicológico o se está pasando por una mala racha. En personas predispuestas, el cannabis puede precipitar/agravar un trastorno psicótico subyacente.
  • También debe evitarse su consumo si se está tomando cualquier tipo de medicación.

Precauciones

Debes tener en cuenta los siguientes aspectos relacionados a su consumo:

  • El consumo continuado de cannabis lleva a un aumento de la tolerancia al THC. Por tanto, cada vez se necesitará elevar más la dosis para conseguir los efectos que antes se conseguían con menor cantidad. Al aumentar la dosis, por tanto, aumentan también los riesgos asociados.
  • Aunque no se ha descrito un síndrome físico de abstinencia al dejar de consumir cannabis, puede producirse en consumidores habituales una habituación psicológica a la sustancia que puede hacer que, para estas personas, sea difícil dejar de consumir. Una buena forma de evitar esto es reservar el consumo para las ocasiones especiales y tratar de evitar, en la medida de lo posible, un consumo frecuente.
  • Se han descrito complicaciones respiratorias (irritación bronquial y pulmonar) tras un consumo continuado de cannabis.
  • La posesión o el consumo en lugares públicos están sancionados por la ley.

El consumo continuado de cannabis lleva a un aumento de la tolerancia al THC. Al aumentar la dosis también se aumentan los riesgos.

Efectos secundarios

El consumo de cannabis puede producir pánico, paranoia, sequedad de boca, problemas respiratorios, nerviosismo y aumento de la tasa cardiaca. También puede producir reducción en la capacidad de concentración, cansancio y confusión. Es importante tener en cuenta estos efectos sobre todo si tenemos que realizar tareas que requieran de nuestra atención y concentración (por ejemplo, si tienes que estudiar o trabajar).

Otros efectos adversos frecuentes serían: Tos, sensación de ahogo, mucosidad, ronquera, irritación de la faringe; dificultades relacionadas con la memoria a corto plazo, especialmente cuando se va bajo los efectos y en periodos de uso más frecuente.

En personas que dejan de consumir tras haber estado mucho tiempo haciéndolo se pueden presentar algunos síntomas de abstinencia: ansiedad, dolor de cabeza, dificultades para dormir y pérdida de apetito.

Algunos estudios apuntan que el uso frecuente y continuo de marihuana, empezando en la adolescencia, pueden relacionarse con un descenso de la concentración y la memoria. Sin embargo, las personas que empezaron a consumirla cuando ya eran adultas, no sufrieron ese efecto de forma tan intensa. Esto sugiere que el impacto más grande por el consumo continuado se produce cuando el cerebro aún está madurando.

Interacciones

Debido a las interacciones que se producen, hay que tener cuidado al combinarlo con las siguientes sustancias:

  • Con alcohol puede aumentar la probabilidad de sufrir lipotimias y vómitos.
  • Con estimulantes puede tener ciertos efectos en el metabolismo y la tensión sanguínea.
  • Con los alucinógenos, puede potenciar los efectos, por tanto, su combinación podría conducir a una experiencia demasiado intensa que podría resultar desagradable.

En este sitio web podrás consultar otras interacciones posibles entre el cannabis y otras sustancias.

Intoxicación

Aunque la intoxicación por cannabis no es frecuente, sí pueden aparecer determinados problemas fundamentalmente de orden psicológico, principalmente ataques de pánico. Ante esta situación se recomienda llevar a la persona a un lugar tranquilo, no dejarla sola en ningún momento y, mediante frases tranquilizadoras, lograr que poco a poco vaya recuperando la normalidad. Suele ser útil recordarle que pronto pasarán todos los síntomas y que no debe preocuparse por ellos.

También pueden producirse bajadas de tensión, mareos y vómitos cuando se realiza un consumo elevado de cannabis, si se toma con el estómago vacío, durante las primeras veces que se consume o cuando se mezcla con alcohol. En ese momento, puede ser necesario tumbar a la persona, con las piernas levantadas y la cabeza inclinada hacia un lado por si sobreviene el vómito. Una vez que la persona se ha recuperado, puede ser útil tomar algo de azúcar.

Cuando se consume cannabis por vía oral (preparados cocinados de marihuana o hachís, aceite o preparados farmacéuticos) aumenta la duración total de los efectos y los riesgos de sobredosificación e intoxicación, por lo que se recomienda adaptar la dosis según la forma de presentación y la vía de consumo. El riesgo de intoxicación varía en función de la persona. Con esta vía de administración también aparecen con más frecuencia los efectos alucinógenos de la sustancia y, si se produce una intoxicación, los efectos adversos pueden durar más y ser más potentes (mareos, ansiedad y taquicardias, lipotimias). En algunos casos pueden aparecer episodios psicóticos agudos.

Manténgase fuera del alcance de los niños. Consulte a su médico o a personal especializado.

Para más información: Este texto está adaptado de un documento elaborado por la organización Energy Control. Podrás encontrar más información en su web.

https://www.infodrogas.org/drogas/cannabis

Nota: El objetivo de esta ficha es meramente informativo y en ningún caso se pretende estimular el consumo de esta droga, ni sustituir el asesoramiento médico. La organización no se hace responsable del uso inapropiado que pueda hacerse de esta ficha.