Ketamina

Introducción

La ketamina es un depresor y se utiliza en medicina y veterinaria como anestésico disociativo, aunque puede que la conozcas como keta, special K, K, etc. Su uso médico es limitado debido a los efectos adversos de tipo psicodélico que aparecen en la fase de recuperación. Aun así, se trata de un anestésico que todavía se utiliza en pediatría, geriatría y obstetricia, así como un analgésico usado en unidades de tratamiento del dolor. Si la consumes, o lo piensas consumir, esta información puede ser de tu interés.

Composición

Clorhidrato de ketamina en cantidades variables, que pueden ir desde menos del 7% hasta el 99%, dependiendo de la procedencia (ámbito hospitalario y veterinario o mercado ilegal).

Adulterantes

En los escasos análisis realizados, se han detectado sustancias como el paracetamol y la lactosa, aunque se podrían estar utilizando otras diferentes.

Para salir de dudas, antes de consumirlas te recomendamos que analices tus sustancias a través del servicio de análisis de energy control (https://energycontrol.org/analisis-de-sustancias/servicio-analisis.html).

Presentación

La ketamina puede presentarse en forma líquida o como un polvo fino, blanco y cristalino.

Propiedades

La ketamina se utiliza en medicina y veterinaria como anestésico disociativo. No obstante, a dosis subanestésicas produce toda una gama de efectos. Los efectos deseados cuando se consume incluyen relax/tranquilidad, euforia, disminución de la sensación de dolor y/o cansancio, evasión/desconexión, leve embriaguez, estimulación y ligeras distorsiones perceptivas. Con dosis más elevadas, puede provocar impactantes estados oníricos y auténticamente alucinatorios, pudiendo incluso desencadenar experiencias cercanas a la muerte y sensación de desdoblamiento corporal.

Los efectos aparecen con rapidez, tardando entre 7,5 y 20 minutos en hacer efecto por vía nasal, y su duración estaría entre 1 y 2 horas. Por vía oral es menos intensa y tarda más en subir, pero dura más o menos lo mismo que por vía nasal.

Posologia

Cuando la ketamina se consume con una finalidad recreativa, en entornos festivos, buscando la embriaguez, la estimulación y las ligeras distorsiones perceptivas, la dosificación más adecuada para la vía oral suele ser

  • desde los 50-100mg (dosis baja)
  • hasta los 75-300mg (dosis media-alta)

La dosificación nasal (esnifada) va

  • desde los 15-30mg (dosis baja)
  • hasta los 25-5mg (dosis media)
  • o los 100mg (dosis alta)

En el caso de los usos psiconáuticos que buscan efectos psicodélicos plenos, la vía oral requiere de dosis en torno a los 300mg (200-450mg) y produce unos efectos más suaves y duraderos que los obtenidos por otras vías. Con la vía esnifada, los efectos psicodélicos plenos suelen alcanzarse con cantidades en torno a los 200mg (100-250mg).

Contraindicaciones

La ketamina está contraindicada en personas aquejadas de

  • problemas cardiacos,
  • hipertensión,
  • o que cuenten con antecedentes de accidentes cerebrovasculares.
  • También está contraindicada en aquellas personas que estén en tratamiento con medicamentos tiroideos, que hayan sufrido operaciones oftalmológicas o que padezcan problemas psiquiátricos (ansiedad, trastorno bipolar, depresión o trastornos psicóticos como esquizofrenia) o tengan antecedentes de haberlos tenido. No obstante, la administración supervisada de ketamina apunta como un tratamiento prometedor para el trastorno depresivo mayor.
  • Asimismo, está contraindicado su uso en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
  • La ketamina también puede aumentar el riesgo de accidente si se tiene que conducir un vehículo.

Precauciones

La ketamina es un anestésico, por lo que dosis demasiado altas o demasiado seguidas producirán un considerable entorpecimiento corporal (pérdida del equilibrio, de los reflejos, etc.) que puede suponer un importante riesgo de caídas y accidentes. Para evitarlo será necesario cuidar la dosificación y espaciar suficientemente las tomas.

En el caso del consumo esnifado, las rayas tendrán que ser más pequeñitas que las utilizadas con la cocaína y, al igual que con esta sustancia, será recomendable utilizar un turulo personal e intransferible para evitar adquirir enfermedades como la hepatitis C.

El uso de dosis altas en busca de efectos psicodélicos requerirá de un entorno seguro y tranquilo en el que la persona permanezca tumbada y sin moverse. Los efectos son cualitativamente distintos a los de la LSD o las setas y tienen que ver con la percepción del propio cuerpo. En ocasiones, es posible llegar a un estado catatónico en el que se puede ver el cuerpo desde fuera o desarrollar experiencias cercanas a la muerte (ECM).

Con el consumo de dosis bajas en entornos festivos, se recomienda prudencia en los movimientos siempre que exista el riesgo de caídas aparatosas (subir y bajar escaleras, cruzar calles, etc.), así como evitar conducir vehículos a motor hasta que los efectos no hayan remitido.

El uso continuado favorece el desarrollo de tolerancia y dependencia, así como la posible aparición de trastornos físicos (dolores abdominales, problemas oculares, temblores…) y psicológicos (ansiedad, insomnio, psicosis…).

Un uso crónico puede dañar los riñones. Los consumos más seguros son aquellos que no se repiten más de una vez al mes. Los más arriesgados son, evidentemente, los que tienen una periodicidad diaria.

Ketamina y VIH

La ketamina es una sustancia que puede ser usada en el contexto del chemsex -es decir, el uso intencionado de drogas en contextos sexuales para facilitar y mejorar la experiencia sexual-, especialmente en el colectivo de hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), pero también en personas heterosexuales.

Su consumo podría contribuir a una mayor desinhibición y a adoptar conductas de riesgo, como, por ejemplo, practicar sexo anal sin preservativo con personas de un estado serológico al VIH desconocido, lo que podría contribuir a su transmisión en las sesiones o chills.

Efectos secundarios

En el momento de consumir, junto a los efectos buscados y deseados, pueden producirse náuseas, vómitos, sensaciones de mareo, vértigos, sudores, dolores de cabeza, confusión y desorientación. Disminuye la capacidad de atención, de concentración y la memoria, pudiendo producirse amnesias. El día después, el usuario puede sentirse algo cansado, aturdido y con la cabeza pesada.

En grandes consumidores, las dificultades de atención y concentración, así como los problemas de memoria, especialmente la lingüística (por ejemplo, recordar palabras o nombres), pueden persistir durante varios días.

Interacciones

  • La combinación de ketamina con sustancias como el alcohol, el GHB o los opiáceos da lugar a una potenciación de los efectos depresores (pérdida de la coordinación, sedación, desmayos, etc.). En términos de seguridad, se trata de una mezcla desaconsejada. En caso de realizarla, es conveniente reducir las dosis y espaciar las tomas.
  • La mezcla con estimulantes contrarresta los efectos de la ketamina, por lo que resulta contraproducente para los usos psiconáuticos. Para usos recreativos conviene tener en cuenta que el riesgo de caídas y accidentes sigue estando presente. El hecho de que los efectos de ambas sustancias se contrarresten puede facilitar que se acaben consumiendo mayores cantidades de cada una de ellas, favoreciendo el desarrollo de tolerancia y adicción en consumidores habituales.
  • La combinación con psicodélicos para algunas personas puede añadir matices interesantes a la experiencia, no obstante, supone mezclar sustancias de efectos muy intensos, por lo que, en caso de combinar, conviene extremar las recomendaciones usuales para el consumo de alucinógenos: básicamente, efectuarlo en un contexto seguro y en un buen estado emocional, cuidar las dosis y no realizarlo de forma habitual.
  • El uso continuado favorece el desarrollo de tolerancia y dependencia, así como la posible aparición de trastornos físicos y psicológicos.

Intoxicación

  • En personas sin tolerancia, cantidades superiores a los 250mg (vía esnifada), consumidos de una sola vez o en poco tiempo, suelen dar lugar a pérdidas de conocimiento.
  • El consumo de cantidades menores mezcladas con cantidades medias o altas de alcohol u otros depresores también puede producir desvanecimientos más o menos graves (en el peor de los casos puede dar lugar a paradas respiratorias).
  • En cualquiera de estas situaciones, será más razonable y seguro pecar de prudencia que de imprudencia, por lo que se aconseja llamar a urgencias.
  • Ante alguien con ataques de ansiedad, paranoias, etc., se recomienda no dejarle solo, mantener la calma, evitar los estímulos fuertes y potencialmente agobiantes (música, gente, etc.), ayudarle a respirar lenta y profundamente y, si la situación no mejora, buscar ayuda.

Conservación

Caducidad entre uno y cinco años.

Consérvese lejos de los rayos del sol y, preferiblemente, a una temperatura entre 4 y 25 grados.

Manténgase fuera del alcance de los niños.

Consulte a su médico o a personal especializado.

 Para más información: https://energycontrol.org/infodrogas/otras/ketamina.html

Nota: El objetivo de esta ficha es meramente informativo y en ningún caso se pretende estimular el consumo de esta droga, ni sustituir el asesoramiento médico. La organización no se hace responsable del uso inapropiado que pueda hacerse de esta ficha.